Mi amigo Paco guarda como un tesoro una lista donde anota cuidadosamente la lista de sus restaurantes favoritos. No tienen que ser necesariamente bonitos, ni cool, ni exóticos. Lo importante es que tengan una buena relación calidad-precio, que no haya engaño, que la comida sea auténtica, y el trato, a ser posible, genuino.
Los llama lugares de comida honesta.
Un genio, mi amigo Paco.